A todos nos ha pasado: estás en una entrevista de trabajo, en una cita o en una reunión social y te hacen esa temida pregunta:
“Cuéntame sobre esa vez en la que hayas sentido que fracasaste”.
Es una pregunta que suele provocar momentos de vergüenza ajena o silencios incómodos.
Pero, ¿y si te dijera que existe una fórmula de probada eficacia para responder a esta difícil pregunta?
Analicemos cómo compartir con tacto una historia sobre el fracaso y, al mismo tiempo, hacer hincapié en tu crecimiento y resistencia.
Responde con tu verdadero fracaso y una historia de redención
Ante la pregunta sobre el fracaso, lo mejor es compartir una experiencia genuina y sincera. No intentes enmascararla ni inventar una historia; la gente puede olfatear una mentira. La sinceridad, especialmente cuando se trata de admitir defectos o carencias, suele ser apreciada e incluso puede hacer que caigas mejor.
Pero necesitamos un momento “¡ajá!” para este fracaso. Aquí es donde entra la parte de la redención: ¿qué aprendiste? ¿Cómo creciste? ¿Y cómo te ha hecho este fracaso mejor persona?
Recuerda esta fórmula:
Historia real + Redención = Éxito
Así:
“En [Año/Tiempo], estaba trabajando en [Proyecto/Tarea] en [Empresa/Ocasión]. A pesar de nuestros mejores esfuerzos, [Fracaso específico]. Esto provocó [Impacto/Consecuencia]. Sin embargo, lo tomé como una oportunidad de aprendizaje y [Qué hiciste para redimirte]”.
He aquí la fórmula, desglosada en consejos del tamaño de un bocado:
Elegir una historia de fracaso
El primer paso es elegir un fracaso que sea a la vez real y lo bastante impactante como para compartirlo. Recuerda que todo el mundo ha fracasado alguna vez, así que admitir un error puede hacerte más cercano.
Si te cuesta pensar en algo, ten en cuenta estos 4 puntos:
- Relevancia: Por ejemplo, si estás en una entrevista de trabajo para un puesto de marketing, un fallo relacionado con una campaña de marketing sería más relevante que, por ejemplo, olvidar el cumpleaños de un amigo.
- Impacto: Elige un fracaso que haya tenido consecuencias reales, como no cumplir un plazo y perder un cliente potencial.
- Oportunidad de aprendizaje: Lo ideal es que el fracaso haya sido un estímulo para el crecimiento personal o profesional. ¿Le hizo replantearse sus prioridades? ¿Le hizo adquirir nuevas habilidades? O quizás decidiste profundizar en un gran don de gentes profesional:
- El recuerdo: Aunque un fracaso de tu pasado lejano podría seguir siendo relevante, algo más reciente puede resultar más convincente, ya que demuestra tu capacidad para adaptarte y aprender en tu actual etapa vital o profesional.
Sé específico
Seguro que te sientes mejor siendo menos vulnerable y ocultando las partes dudosas de tu historia de fracasos.
Pero las respuestas vagas o genéricas no impresionan a nadie. Así que sé concreto.
¿Qué ocurrió? ¿Quién participó? ¿Cuál fue el resultado? Las historias concretas son mucho más atractivas y creíbles.
Fíjate en estas dos historias, por ejemplo, y verás que la específica es mucho mejor:
Vaga:
“Sí, hubo un proyecto que no alcanzó sus objetivos debido a algunos retrasos y falta de comunicación. Intentamos que funcionara, pero no fue así. Sin embargo, aprendimos de ello y los proyectos futuros tuvieron más éxito.”
En concreto:
“Hace dos años, dirigía un equipo de cinco personas en un proyecto de desarrollo de software para un cliente clave. Nuestro objetivo era lanzar una nueva función para su sitio web en tres meses. Estábamos bien entrados en el segundo mes cuando uno de nuestros desarrolladores principales tuvo que coger una baja de urgencia, y el efecto dominó provocó retrasos en dos fases críticas del proyecto.”
Menos de un minuto
Intenta compartir tu historia en unos 30 segundos o un minuto. Detenerse demasiado en sus defectos puede crear incomodidad o ensombrecer sus capacidades.
En cambio, si es demasiado breve, corre el riesgo de pisar terreno impreciso y no profundizar lo suficiente.
Destaca tu redención
Ésta es quizá la parte más crucial. Después de compartir el fracaso, explica inmediatamente lo que aprendiste de él, cómo creciste y cómo remediaste la situación.
A la gente le encantan las buenas historias de superación.
El enfoque estructurado (fórmula)
Para elaborar una respuesta que deje huella, sigue esta sencilla fórmula en cuatro partes:
- Prepara el escenario: Describe brevemente la situación en la que se produjo el fracaso.
- Describe el fallo: Explica qué falló concretamente.
- Comparte el impacto: Habla de las consecuencias del fracaso.
- Destaca la redención: Y lo que es más importante, describe cómo has aprendido o crecido a partir de esta experiencia.
A continuación te explicamos cómo hacerlo:
“En [Año/Marco temporal], estaba trabajando en [Proyecto/Tarea] en [Empresa/Ocasión]. A pesar de nuestros esfuerzos, [Fracaso específico]. Esto provocó [Impacto/Consecuencia]. Sin embargo, lo tomé como una oportunidad de aprendizaje y [Qué hizo para redimirse]”.
Ejemplos para distintos escenarios
Para una entrevista de trabajo
Escenario: Estás solicitando un puesto como gestor de proyectos.
Ejemplo de guión:
“En 2021, dirigía un equipo para lanzar una nueva función de software en XYZ Corp. A pesar de nuestra planificación, subestimamos la complejidad y no cumplimos el plazo en dos semanas. Esto provocó un retraso en el lanzamiento del producto y una pérdida de alrededor del 5% de los ingresos previstos para ese trimestre. Sin embargo, me tomé muy a pecho este fracaso y me matriculé en un curso de gestión de proyectos. También implanté nuevas herramientas de seguimiento de proyectos y, desde entonces, mis proyectos siempre han llegado a tiempo y dentro del presupuesto.”
Para una cita
Escenario: Estás en una cita y surge el tema del crecimiento personal.
Ejemplo de guión:
“El año pasado, planeé una escapada sorpresa de fin de semana para el cumpleaños de mi pareja. Estaba tan inmersa en el elemento sorpresa que olvidé comprobar si estaban libres ese fin de semana. Resultó que tenían compromisos familiares importantes. Me sentí fatal. Pero desde entonces he aprendido a comunicarme mejor y a tener en cuenta los planes y sentimientos de los demás. Eso me ha convertido en una compañera más atenta”.
Para una reunión social
Escenario: Estás en un acto social y alguien te pregunta por tu experiencia de aprendizaje más significativa.
Ejemplo de guión:
“Hace un par de años, organicé un acto benéfico en el que fui demasiado ambicioso con nuestro objetivo de recaudación de fondos. Nos quedamos cortos y sólo alcanzamos el 60% de nuestro objetivo, lo que afectó a los programas benéficos de ese año. Pero aprendí la importancia de fijar objetivos alcanzables y de comprometerse mejor con la comunidad. Al año siguiente, superamos nuestro objetivo de recaudación de fondos en un 20%”.
Entonces, ¿cuándo fracasó?
Admitámoslo: la pregunta “Cuénteme alguna vez que haya fracasado” no va a desaparecer. Ya sea en una entrevista de trabajo, en una cita o durante una conversación informal, a la gente le interesa saber cómo gestionas los contratiempos, porque la vida está llena de ellos.
Pero responder con autenticidad genuina te pondrá por delante. Cuando eres auténtico y vulnerable, resultas más simpático y cercano, siempre y cuando hayas aprendido de ello.