¿Te cuesta hablar con claridad? ¿Tus palabras salen mal, desordenadas o sientes que no puedes pensar en palabras cuando hablas?
Si es así, no estás solo. Muchas personas luchan por no confundir palabras mientras hablan o cuando sus palabras salen mal, especialmente cuando están bajo presión o se sienten inseguras o nerviosas.
Este artículo te ayudará a aprender más sobre los problemas del habla, incluido cómo superar la ansiedad del habla, convertirte en un mejor orador y comunicarte de manera más clara y efectiva.
Ansiedad: una causa común de problemas del habla
Los problemas del habla y la ansiedad social a menudo van de la mano. Estar nervioso y ansioso en situaciones sociales puede dificultar la comunicación de manera fluida y clara.
Desafortunadamente, esto puede crear un círculo vicioso, en el que cada error te pone más nervioso y más callado.
Estos son algunos problemas comunes del habla relacionados con la ansiedad:
- Hablar demasiado rápido, hablar rápido
- Hablar demasiado despacio
- Usar un tono monótono o plano
- Murmurar demasiado
- Hablar fuera de turno o salirse por la tangente
- Demasiadas pausas o usar “mmm” o “uh” mucho
- No ser expresivo ni usar énfasis
- Tener la voz temblorosa o temblorosa
- Mezclar o confundir palabras
- Tener la mente en blanco en las conversaciones
Si puedes hablar con fluidez y sin vacilar en conversaciones con amigos cercanos y familiares, pero no en el trabajo, en grupos, en citas o con extraños, es más probable que la ansiedad sea la causa.
En estas interacciones de alta presión, muchas personas experimentan un aumento de la ansiedad, lo que puede dificultar pensar y hablar con claridad. Según la investigación, el 90% de las personas experimentarán ansiedad social en algún momento de sus vidas, lo que hace que este sea un problema increíblemente común.
Si tiene problemas para no poder pensar o hablar con claridad, puede usar estos consejos para superar los problemas con el flujo del habla, la tartamudez o la tartamudez. Estas estrategias pueden ayudarte a reducir tu ansiedad y mejorar tus habilidades para hablar. Con la práctica regular, a menudo es posible convertirse en un mejor orador y comunicarse con mayor fluidez y claridad.
1. Relájate y suelta la tensión
Cuando la gente se pone nerviosa, se pone tensa. Su cuerpo, postura e incluso sus expresiones faciales se vuelven mucho más rígidas y tensas. Al relajar intencionalmente los músculos y encontrar una postura cómoda y relajada, puede reducir la ansiedad y sentirse más seguro.
Usa estas habilidades para trabajar en ser menos rígido y tenso con los demás:
- Relaja tu rostro bostezando, aflojando y abriendo la mandíbula, guiñando los ojos e incluso haciendo muecas tontas. De manera similar a cómo el estiramiento mejora la fuerza y la flexibilidad, estos ejercicios pueden hacer que sea más fácil ser expresivo.
- Los ejercicios de respiración también pueden ayudarte a relajarte y soltar la tensión. Una técnica fácil es la técnica 4-7-8, que consiste en inhalar durante 4 segundos, mantener la respiración durante 7 segundos y exhalar durante 8 segundos.
- La relajación muscular progresiva consiste en tensar un grupo de músculos y mantenerlo durante unos segundos antes de exhalarlo y relajarlo. Comience con el área de su cuerpo donde mantiene la mayor tensión (es decir, los hombros, el cuello, el estómago o el pecho) y practique apretar y sostener este músculo durante 5 a 10 segundos y luego suéltelo al exhalar.
2. Practica la atención plena
Si luchas contra la ansiedad social, es posible que a menudo te encuentres pensando demasiado en cada interacción. Esto aumenta tu ansiedad y te hace más cohibido, lo que dificulta la comunicación abierta y libre. Puedes revertir este hábito nervioso saliendo de tu propia cabeza y concentrándote en algo en el presente.
Esta práctica se llama atención plena e implica alejar el enfoque de sus pensamientos y se puede hacer de varias maneras. En estudios, se ha demostrado que los ejercicios de atención plena reducen la ansiedad social y la atención centrada en uno mismo.
Intenta usar la atención plena de la siguiente manera:
- Usar tus 5 sentidos para concentrarte en lo que puedes ver, oír, oler, saborear o tocar
- Enfoca toda tu atención en otra persona y en lo que está diciendo
- Realización de una sola tarea dedicando toda tu energía y atención a una tarea a la vez
3. Imagínate hablando con fluidez
Cuando estás nervioso, es posible que tengas una tendencia a preocuparte por todas las formas en que podrías avergonzarte en una conversación. Si puedes aprender a usar tu imaginación de una manera más positiva, es posible reducir los sentimientos de ansiedad. Esto hace que sea más fácil comunicarse de una manera clara y efectiva.
Cuanto más imagines y visualices una conversación positiva, más seguro te sentirás al acercarte a las personas, entablar conversaciones triviales y tener interacciones. Imaginar que superas un bloqueo del habla también puede ayudarte a sentirte más seguro, incluso si terminas tropezando. En estudios, se demostró que las técnicas de visualización positiva ayudan a las personas a reducir su ansiedad del habla.
Usa tu imaginación para visualizar resultados positivos como:
- Personas que te ovacionan de pie después de un discurso o presentación
- Alguien sonriendo, asintiendo con la cabeza y muy interesado en lo que tienes que decir
- Personas que te dicen que disfrutaron hablando contigo
- Tomar a la ligera una palabra que sale mal o confusa
4. Calienta motores para una conversación
A veces, la razón por la que puedes tropezar con las palabras o perder el hilo de una conversación es porque estás saltando demasiado rápido. Cuando temes hablar, es posible que solo quieras “terminar de una vez”, lo que puede hacer que hables antes de haber pensado realmente en lo que quieres decir. Cuando estás apurado y presionado, es posible que descubras que es más probable que tus palabras salgan mal o desordenadas.
Está bien tomarse un tiempo para calentar una conversación antes de hablar, especialmente si está muy nervioso. Aquí hay algunas maneras de ganar tiempo y “calentarse” lentamente para una conversación:
- Saluda a las personas y pregúntales cómo han estado
- Haz preguntas que hagan que otras personas hablen de sí mismas
- Dedique tiempo a escuchar a otras personas para tener una idea de lo que les interesa discutir antes de iniciar una conversación
- Cuando te unas a una conversación grupal, tómate un tiempo para escuchar para entender de qué están hablando
5. Practica la lectura en voz alta
El habla fluida suele ser el resultado de mucha práctica. Si bien hablar con la gente y tener más conversaciones te da esta práctica, también puedes practicar por tu cuenta leyendo en voz alta. Si usted es padre, podría hacer una rutina de leerle cuentos a su hijo. Incluso si estás solo, puedes practicar la lectura en voz alta para mejorar el habla.
Aquí tienes algunos consejos sobre cómo mejorar tu expresión oral a través de la práctica:
- Practica usando diferentes ritmos para encontrar un ritmo que se sienta cómodo/natural
- Practica hacer una pausa y cambiar tu tono para enfatizar ciertas palabras
- Proyecta tu voz para que sea fuerte y clara
- Considera grabarte a ti mismo para aprender más sobre tu estilo y patrones de habla
6. Disminuye la velocidad, respira y encuentra tu voz natural
Muchas personas comienzan a hablar más rápido y no respiran cuando están nerviosas durante un discurso o incluso una conversación normal.[5] Al reducir la velocidad, hacer pausas y recordar respirar, tus palabras pueden fluir de forma más natural y tus conversaciones se sentirán menos forzadas.
Hacer una pausa e ir más despacio también proporciona otros beneficios, que incluyen:
- Te da más tiempo para pensar
- Ayudarte a ser más intencional con lo que dices
- Dar a los demás la oportunidad de digerir lo que estás diciendo
- Invitar a las personas a responder y hacer que la conversación sea menos unilateral
Cuando buscas mejorar tus habilidades para hablar, debes trabajar para encontrar y desarrollar una voz hablada efectiva. Una voz hablada efectiva es aquella que:
- Refleja tu personalidad
- Es agradable y cálido
- Puede captar la atención de las personas (incluso sin gritar)
- Puede reflejar muchos matices de emoción y entusiasmo.
- Es fácil de escuchar y entender
7. Ten más conversaciones telefónicas
Las conversaciones telefónicas proporcionan una gran práctica para las personas que luchan contra la ansiedad del habla o incluso para las personas que quieren mejorar en la conversación con la gente. Si eres alguien que tiene dificultades para leer las señales sociales, las conversaciones telefónicas pueden ser menos desalentadoras que las conversaciones en persona, lo que te permite concentrarte solo en hablar y escuchar.
Si tiene el hábito de enviar mensajes de texto o correos electrónicos a amigos, familiares o compañeros de trabajo, intente levantar el teléfono y llamarlos. Incluso si está pidiendo una pizza, llame a la tienda en lugar de hacer un pedido en línea. Cada llamada telefónica le permite adquirir una valiosa práctica para tener una variedad de conversaciones y lo ayuda a mejorar al hablar de una manera clara y concisa.
8. Conoce tu mensaje
Saber lo que se quiere comunicar es también la clave para comunicarse de forma fluida y clara. Por ejemplo, es posible que desee presentar una idea o compartir comentarios durante una reunión. Cuando puedas identificar tu mensaje con anticipación, puedes mantenerlo claramente en tu mente, o incluso puedes escribirlo como un recordatorio. De esa manera, es mucho menos probable que abandone la reunión sin haber dicho lo que pretendía decir.
Incluso las conversaciones casuales a menudo tienen un mensaje o un punto. Por ejemplo, puedes visitar a un amigo cuando esté pasando por un momento difícil con la intención de hacerle saber que estás ahí para él, o puedes llamar a tu abuela solo para hacerle saber que estabas pensando en ella.
9. Experimenta con énfasis cuando hables
Cuando dices una palabra, puedes mantener tu tono de voz plano o curvarlo. Ya sea que su inflexión suba, baje o permanezca plana, es importante transmitir el significado de sus palabras. Las inflexiones planas son más difíciles de entender (piense en esas voces en off de computadora en los videos de Youtube). Al cambiar el tono, el volumen y la inflexión de tu voz, pones énfasis en ciertas palabras, lo que ayuda a transmitir tu mensaje.
Observe cómo el énfasis de diferentes palabras en la siguiente oración cambia el significado:
- “Yo no le robé galletas” (Alguien más se las robó)
- “No le robé las galletas” (Absolutamente, no le robé las galletas, punto).
- “Yo no le robé galletas” (simplemente las tomé prestadas…)
- “Yo no le robé galletas” (Podría haberle robado algo más…)
- “Yo no le robé galletas” (¡Se las robé!)
- “Yo no le robé galletas” (Se las robé a otra persona)
Poner énfasis en las palabras correctas es la clave para comunicarse de manera clara, efectiva y precisa. Cuando te equivocas, es mucho más probable que los demás te malinterpreten.
10. Aprende a recuperarte de los errores
Incluso las personas que hablan profesionalmente a veces cometen errores, confunden sus palabras o hablan mal. Si tu objetivo es ser perfecto, es probable que te quedes corto y es mucho más probable que caigas en una espiral descendente si confundes, pronuncias mal o confundes una palabra. En lugar de dejar que estos pequeños errores te desanimen, practica recuperarte sin problemas de ellos.
Estas son algunas formas de recuperarse cuando habla mal:
- Usa el humor para aligerar el estado de ánimo diciendo: “¡Hoy no puedo hablar!” o “¡Acabo de inventar una palabra nueva!”. El humor hace que los errores se sientan menos importantes y te ayuda a superarlos más fácilmente.
- Retrocede si sientes que la conversación no va en la dirección que deseas. Intenta decir: “Déjame intentarlo de nuevo”, “Déjame repetir eso” o “Rebobinemos…”. Estas señales verbales proporcionan una manera fácil de retroceder o comenzar de nuevo cuando cometes un error.
- Haz una pausa, deja de hablar y tómate un minuto para ordenar tus pensamientos. Si nadie más está hablando, incluso puedes decir: “Déjame pensar por un minuto”. Esto evita que el silencio se vuelva tenso o incómodo mientras te da algo de tiempo para pensar.
Si a menudo sientes que estás tropezando o tropezando con tus palabras, puede deberse a que tienes ansiedad social o ansiedad del habla. Ambos son problemas muy comunes y es más probable que aparezcan en conversaciones de alto riesgo o cuando te sientes nervioso. Muchas personas luchan con estos problemas, pero hay muchas formas comprobadas de superar el problema.