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Parálisis por elección: 8 técnicas para tomar mejores decisiones

Parálisis por elección 8 técnicas para tomar mejores decisiones

¿Sabía que un adulto medio toma por sí solo unas 227 decisiones alimentarias al día? Sí, ha oído bien. 

Fuente: https://business.columbia.edu/faculty/research/how-much-choice-too-much-determinants-individual-contributions-401k-retirement

Ahora bien, con una cifra así, no es de extrañar que a menudo nos encontremos en parálisis de elección.

Conoces esa sensación: cuando estás mirando un menú con un millón de opciones o alternando entre 10 marcas diferentes de pasta de dientes en el pasillo del supermercado, sintiéndote completamente abrumado.

En nuestro siguiente artículo, abordaremos la parálisis por elección con algunos trucos ingeniosos que le ayudarán a elegir con confianza y eficacia.

¿Qué es la parálisis por elección?

La parálisis por elección, también conocida como parálisis por decisión, es un fenómeno psicológico en el que una persona se siente abrumada por el número de opciones disponibles, lo que le dificulta tomar una decisión. 

Esto puede ocurrir en varias situaciones, desde elecciones cotidianas como elegir una comida hasta decisiones vitales más importantes. 

La abundancia de opciones puede provocar ansiedad, estrés y, en última instancia, retrasar o evitar por completo la toma de decisiones.

Conclusión: Más opciones facilitan la toma de decisiones.

Ahora vamos a entrar en materia con un poco más de estilo: Imagínese que está en una heladería y contempla una deslumbrante variedad de sabores: chocolate con menta, tarta de queso y fresa, rocky road… y la lista continúa. 

Tu mente se acelera, haciéndote preguntas como: “¿Debería elegir menta o chocolate?” o “¿Quizá debería comprar un poco para mi pareja?”. Es la parálisis de la elección en acción, cuando el cerebro se bloquea intentando elegir la “mejor” opción (aunque no la haya).

Y no se trata sólo de los helados; esto ocurre desde cosas pequeñas, como elegir un programa de Netflix, hasta otras más grandes, como decidir sobre una carrera profesional.

Por qué demasiadas opciones son peligrosas

Cuando pensamos demasiado en nuestras elecciones, tomamos la decisión equivocada. Barry Schwartz, autor de La paradoja de la elección, sostiene que menos opciones es mejor. ¿Por qué?

  • Cuando tenemos más opciones, tomamos peores decisiones.
  • Tener demasiadas opciones provoca parálisis, por lo que no podemos tomar ninguna decisión.
  • Y lo que es más importante, también pasamos tiempo pensando en las opciones que no elegimos en lugar de estar contentos con la que sí elegimos.

Cuantas más opciones, más sentimos que “nos perdimos”.

Cómo lidiar con la parálisis de la elección (¡y volverse productivo!)

¿Quieres ser un genio de la productividad? Liberémonos de este asesino de la productividad y descubramos estrategias para agilizar la toma de decisiones, convirtiendo el posible agobio en una acción decisiva.

Llame a un amigo

La forma más rápida de combatir la parálisis por la elección es pedirle a un amigo que elija por ti y luego prestar atención a cómo te sientes cuando te da su respuesta. ¿Te entristece que haya elegido la opción A? Estupendo. Esa no es tu elección. ¿Estás encantado cuando eligen la opción C? ¡Estupendo! Es ésa.

¿Tienes una opción más complicada? Siga leyendo para conocer las estrategias avanzadas…

El embudo de decisiones “5-3-1

Digamos que estás tomando una decisión importante, como qué proyecto quieres empezar. Una forma práctica y eficaz de hacer frente a la parálisis por decisión es el Embudo de Decisión “5-3-1”. Funciona así

  • Empieza por cinco: Empieza seleccionando cinco opciones que parezcan atractivas o adecuadas para tu decisión. Puede ser cualquier cosa, desde ideas para un proyecto hasta posibles lugares de vacaciones.
  • Reduzca a tres: Examina detenidamente las cinco opciones y evalúalas en función de tus prioridades, valores o criterios específicos relacionados con la decisión. Reduce la lista a tres opciones. Este paso ayuda a reducir la sensación de agobio centrándose en las opciones más viables.
  • Elige una: Por último, cuando sólo queden tres opciones, elige una. En esta fase, confíe en sus instintos o utilice un sencillo análisis de pros y contras para tomar su decisión. La idea es simplificar el proceso hasta el punto en que la elección resulte más manejable y menos estresante.

Este método no sólo agiliza el proceso de toma de decisiones, sino que también garantiza que consideres un conjunto variado de opciones sin quedarte atascado por la paradoja de la elección.

Y con tantas opciones, decidir puede llevar mucho trabajo (lo entendemos). Por eso hemos investigado a fondo para encontrar el mejor recurso para combatir la indecisión y confiar en tus decisiones:

Acepta el método Trabajo A

Transforme su productividad con el método “Trabajo A”, un enfoque matizado de la gestión de tareas. Este concepto gira en torno al reconocimiento y la categorización de las tareas en función de la competencia y el disfrute.

  • “Trabajo A”: Identifica tu “Trabajo A”, las tareas en las que destacas y disfrutas. Estas tareas se realizan sin esfuerzo, le implican plenamente y le hacen sentirse realizado. Es donde el tiempo vuela y te encuentras en tu estado de flujo.
  • “Trabajo B”: Luego viene el “trabajo B”, tareas en las que eres bueno pero que no te gustan especialmente. Puedes llevarlas a cabo de forma competente, pero debes trabajar para despertar tu pasión.
  • “Trabajo C”: Tu “trabajo C” es normal. Puedes hacer estas tareas, pero podrían ser más agradables y manejables. Son las tareas que podrías procrastinar porque no te entusiasman.
  • “Trabajo D”: El “Trabajo D” es más desafiante. Estas tareas suelen estar llenas de errores e ineficiencias. Te llevan más tiempo que otras y no te aportan satisfacción.
  • “Trabajo F”: Por último, evita el “Trabajo F” a toda costa. Estas tareas agotan tu energía y suelen estar plagadas de errores. Son improductivas y desmoralizantes.

La clave para maximizar la productividad con decisiones no es sólo gestionar el tiempo o las tareas, sino alinearlas con tu “Trabajo A”. Esto significa asignar tareas en función de los niveles de habilidad y las preferencias, no sólo de la disponibilidad. Al centrarte en tu “trabajo A” y distribuir otras tareas en tu equipo, te aseguras de que todos trabajan en su zona de genialidad, lo que conduce a un trabajo más eficiente y satisfactorio.

¿Quieres saber más sobre cómo desentrañar tu trabajo A? Vea el vídeo a continuación.

Elige tres

Solía ofrecer más de 20 opciones de “proyectos especiales” a nuestros becarios. Los proyectos especiales son áreas que interesan a nuestros adolescentes y en las que necesitamos ayuda. Un ejemplo es el “Proyecto Especial Editor”, en el que los becarios se ponen en contacto y envían correos electrónicos a editores de conocidas revistas para padres. Otro ejemplo es nuestro “Proyecto especial de radio”, en el que un adolescente especialmente bien hablado actúa como nuestro portavoz adolescente en entrevistas radiofónicas.

Cuando daba 20 opciones, los adolescentes no solo tardaban una eternidad en decidirse (normalmente con muchos correos electrónicos de ida y vuelta sobre los pros y los contras de cada una), sino que teníamos un mayor índice de abandonos. Esto ocurría cuando los adolescentes hacían su proyecto particular durante unas semanas y luego nos enviaban un correo electrónico diciendo que “pensaban que se habían equivocado porque habían estado pensando en el Proyecto Especial del Periódico y en el Proyecto Especial de Relaciones Públicas, y que tal vez esos eran mejores”.

Finalmente, decidí limitarlo a tres opciones, que iría rotando a medida que se fueran llenando los proyectos especiales. Ahora, las decisiones se toman rápidamente y casi no tenemos abandonos. ¿Por qué? Con tres opciones, hay más que aprovechar. Con solo tres opciones, no hay parálisis por parte de los adolescentes. Con tres opciones, los adolescentes tienen menos que considerar.

Paso de acción: La próxima vez que dirija un proyecto u organice un evento, ofrece tres opciones diferentes… Ya sea qué herramienta de comunicación utilizar o un juego al que jugar, ¡suele haber un buen comienzo!

La “regla de los dos minutos” para tomar decisiones rápidas

Para esos momentos en los que la parálisis en la toma de decisiones hace acto de presencia, especialmente en las decisiones más pequeñas y menos críticas, prueba la “Regla de los dos minutos”.

Esta regla es sencilla pero eficaz: si una decisión puede tomarse en dos minutos o menos, hágalo inmediatamente.

Esta técnica es beneficiosa para las decisiones cotidianas que no requieren un análisis exhaustivo ni tienen consecuencias a largo plazo:

  • Responder a correos electrónicos no urgentes: Responde rápido o borra. Si no se trata de una misión crítica, resuélvelo en menos de dos minutos (pero recuerda utilizar trucos profesionales para el correo electrónico).
  • Elegir el sabor del café: ¿Moca o café con leche? Si tardas menos de dos minutos, elige uno y disfruta del subidón de cafeína.
  • Seleccionar una lista de reproducción: ¿No te decides por un género musical? Elige rápidamente entre jazz o pop y déjate llevar.
  • Decidir un lugar para comer: ¿Martes de tacos o miércoles de sushi? Hazlo rápido y satisface tus papilas gustativas.
  • ¿Qué ponerse? ¿Rayas o lisos? Tómate tu tiempo para pensarlo, elige un conjunto y sigue tu estilo.

Esto es lo más interesante: cada decisión rápida que tomas siguiendo la “Regla de los dos minutos” te despeja la mente y aumenta tu confianza a la hora de tomar decisiones. Con el tiempo, esta práctica puede agudizar tus instintos, haciéndote más decisivo y reduciendo el desorden mental que a menudo conduce a la fatiga en la toma de decisiones.

Consejo profesional: A veces conviene aplicar una regla aún más rápida: la regla de los tres segundos. Esto puede ser especialmente útil cuando te pones nervioso, como cuando invitas a salir a alguien que te gusta.

La matriz de Eisenhower

Para abordar la parálisis por decisión con una ventaja estratégica, prueba el método de la “Caja de Eisenhower”. Se trata de una poderosa herramienta que ayuda a clasificar las tareas y decisiones en función de su urgencia e importancia. 

Así es como funciona:

La matriz de Eisenhower

Crea una caja con cuatro cuadrantes:

  • Arriba a la izquierda: Urgente e importante (Hazlo ahora)
  • Arriba a la derecha: Importante, no urgente (Piensalo)
  • Abajo a la izquierda: Urgente, no importante (Delégalo)
  • Abajo a la derecha: Ni urgente ni importante (Olvidalo)

Asigne tareas o decisiones a cada cuadrante:

  • Para las tareas urgentes y críticas, hágalas de inmediato.
  • Para las tareas importantes sin plazos inmediatos, decida un momento para hacerlas más tarde.
  • Para las tareas que deben hacerse pronto pero son más cruciales, delégalas.
  • Considera la posibilidad de abandonar las tareas que sean urgentes e importantes.

Este método aporta humor y mucha eficacia a la toma de decisiones. Puede que se ría al darse cuenta de cuántas cosas puede eliminar o delegar.

Simplifica las mañanas con el método uniforme

Transforma tu rutina mañanera con el “Enfoque Uniforme”, un método que agiliza tus decisiones de vestuario y aumenta la productividad. Este enfoque consiste en crear un uniforme personal, un concepto que adoptó Steve Jobs con su icónico jersey negro de cuello alto y sus vaqueros. 

He aquí cómo aplicarlo:

  • Elige tu estilo personal: Selecciona algunas prendas clave con las que te sientas cómodo y seguro. Puede ser un estilo concreto de camisa, pantalón o vestido que te sirva para un día cualquiera.
  • Crea un conjunto de vestuario: En lugar de una sola prenda, ten varios conjuntos del mismo estilo. Piensa en las camisetas grises de Mark Zuckerberg o en los trajes azules o negros de un ejecutivo. Esto elimina la decisión diaria de qué ponerse.
  • Personaliza con accesorios: Añade variedad con los accesorios. Pañuelos, corbatas o joyas pueden cambiar el look sin complicar las elecciones.
  • Rutina matutina simplificada: Combina tu uniforme con una rutina matutina simplificada. Esto puede significar planificar de antemano las opciones de desayuno o tener un horario fijo de entrenamiento.

Otros ejemplos:

  • Tener un menú de desayuno estándar: Avena los lunes, parfait de yogur los martes, etc.
  • Utiliza la misma taza para el café de la mañana: tu taza de la suerte.
  • Estandariza tu rutina de ejercicios: Yoga entre semana, senderismo los fines de semana.

Al reducir el número de elecciones que haces cada mañana, conservas energía mental para decisiones diarias más importantes.

Termina el día con una reflexión nocturna

Para combatir la parálisis por las decisiones y potenciar tus mañanas, prueba el método de la “reflexión vespertina”. Esta técnica consiste en una breve sesión de reflexión estratégica cada noche para prepararse para el día siguiente. 

Por qué funciona: Terminar el día preparando el siguiente garantiza que te levantas con un plan de acción claro. Este método alivia el estrés matutino y agudiza la concentración.

El proceso:

  • Compromiso de tiempo: Sólo 10 minutos cada noche.
  • Reflexión: Anota lo que ha funcionado bien y lo que no durante el día.
  • Priorizar: Elegir tres tareas esenciales para mañana.
  • Predecisión: Tomar pequeñas decisiones rutinarias la noche anterior.

Aplicación en distintos ámbitos:

  • Profesional: Fijar la primera tarea de trabajo para el día siguiente.
  • Personal: Decide tu actividad de ejercicio o relajación.
  • Bienestar: Elige un sencillo acto de autocuidado para la noche.

Puedes transformar el desarrollo de tus mañanas reorientando tu rutina nocturna para incluir esta sesión de reflexión y planificación. Se trata de ir más allá de las listas de tareas habituales y adoptar un enfoque más reflexivo y estratégico de la vida diaria, que allane el camino hacia unos días más productivos y sin sobresaltos.

Cómo afecta la parálisis por decisión a la jubilación y a los médicos

La parálisis por decisiones es un problema real y de gran repercusión, como ilustran dos estudios convincentes.

El primero, de la Universidad de Columbia , analizó las opciones de ahorro para la jubilación entre clientes de Vanguard. 

Fuente: https://business.columbia.edu/faculty/research/how-much-choice-too-much-determinants-individual-contributions-401k-retirement

Sorprendentemente, a más opciones, menos personas ahorraban para la jubilación. Con sólo 5 opciones, más del 70% elegía un plan, pero esta cifra descendía al 63% cuando se enfrentaban a 35 opciones. Esta tendencia refleja un problema más amplio del mercado: demasiadas opciones pueden llevar a la parálisis en la toma de decisiones y, en este caso, contribuir potencialmente a crisis financieras debido al retraso en el ahorro para la jubilación.

Otro estudio sobre médicos y opciones de tratamiento para pacientes con artrosis reveló un patrón similar. Cuando se les presentaba una opción adicional de medicación, la mayoría de los médicos la elegían antes que la cirugía. Sin embargo, la introducción de dos nuevas opciones hizo que muchos volvieran a la opción por defecto de la cirugía. Esto indica que el aumento de opciones puede llevar a la dilación y a una tendencia a optar por la opción por defecto o la más drástica, incluso en el caso de los médicos.

Estos estudios demuestran que cuando las decisiones se vuelven complejas, a menudo gravitamos hacia la opción por defecto o “piloto automático”.

Cuando nos enfrentamos a demasiadas decisiones, a menudo volvemos a elegir con el piloto automático, aunque esa decisión no sea la mejor.

Preguntas frecuentes sobre la parálisis por elección (FAQ)

¿Por qué me paralizo al tomar una decisión?

Quedarse paralizado ante una decisión es una respuesta típica a lo que los psicólogos llaman “parálisis por decisión” o “parálisis por análisis”. Esto ocurre cuando el cerebro se ve abrumado por demasiadas opciones o resultados potenciales, lo que lleva a la inacción. Suele estar provocada por el miedo a tomar la decisión equivocada, la presión del perfeccionismo o simplemente la fatiga mental de sopesar demasiadas variables. Esta sobrecarga cognitiva puede dificultar la selección de un curso de acción, provocando una congelación temporal del proceso de toma de decisiones.

¿Cuáles son las causas de la parálisis en la toma de decisiones?

La parálisis en la toma de decisiones se debe a varios factores, pero la causa principal es la sobrecarga de opciones. Cuando se enfrenta a demasiadas opciones, el cerebro necesita ayuda para comparar y evaluar todos los resultados posibles, lo que conduce a la indecisión.
Otras causas son el miedo a tomar la decisión equivocada, la ansiedad por las consecuencias, el deseo de perfección y, a veces, la falta de confianza en el propio juicio. Esta parálisis suele agravarse en situaciones en las que hay mucho en juego y las consecuencias de las decisiones son importantes.

¿Pensar demasiado puede causar parálisis?

Sí, pensar demasiado puede provocar parálisis, sobre todo en la toma de decisiones. Pensar en exceso implica rumiar todas las opciones posibles, los resultados y las ramificaciones de cada una, lo que a menudo conduce a la parálisis por análisis.

Este exceso de pensamiento crea un bucle en el que ninguna decisión parece suficientemente satisfactoria, lo que lleva a más cavilaciones e indecisiones. Se trata de un ciclo en el que cuanto más se piensa, menos decisivo se es, lo que en última instancia obstaculiza la capacidad de tomar decisiones oportunas y eficaces.

¿Cómo mantener una decisión difícil?

Mantener una decisión difícil requiere una mezcla de compromiso, confianza y estrategias de afrontamiento. En primer lugar, reafirme su decisión recordando sus razones y valores. Confiar en tu decisión es crucial.

En segundo lugar, planifique y gestione las consecuencias negativas que puedan surgir. Esto implica prepararse práctica y mentalmente para cualquier desafío. Por último, practique la resiliencia. 

Acepte que ninguna decisión es perfecta y que adaptarse a los resultados, esperados o no, forma parte del proceso. Recuerda que, a menudo, atenerse a una decisión significa ser flexible y estar preparado para afrontar los retos imprevistos que vayan surgiendo.

Martin Sanabria
Hola, soy Martín Sanabria, un ingeniero industrial apasionado por el liderazgo, el desarrollo humano y la economía. Tengo una maestría en gerencia y otra en desarrollo humano, así como un postgrado en economía. Me considero una persona creativa, curiosa y perseverante, que siempre busca superarse a sí misma y aportar valor a los demás. Tengo TDAH, lo que me ha enseñado a ver el mundo desde una perspectiva diferente y a aprovechar mis fortalezas. Me encanta leer y compartir mis ideas con otros, así como analizar y desarrollar proyectos a corto y largo plazo. Creo que las barreras solo están en la mente y que con visión, acción y compromiso se pueden lograr grandes cosas. En este blog, quiero compartir contigo mi visión sobre el liderazgo, el desarrollo personal y profesional, la economía y otros temas de interés. Espero que te guste y que te sirva de inspiración. ¡Bienvenido a visionlider.com!